Por motivos diversos, deje parada la historia que habia prometido subir cuando recien empeze, con la dedicatoria a dos amigas. Justo ahora ando corta de tiempo al igual que siempre xD, pero al menos trato de escribir de poco a poco. Justo como ahora, que la marioneta se dispuso a susurrarme una nueva historia para contarles y escuchar nuevamente lo que el maquiavelico susurro de la marioneta tiene que decir.
Esta historia tiene un enfoque bastante distinto al que acostumbro, ya que normalmente mis protagonistas si son directas y duras, pero esta simplemente es despreciable. Los dejo para que vean lo que ahy cuando uno evade la realidad, con placeres inalcanzables. Enjoy it.
Beyond the dream
Capitulo 1: Pasión o Realidad
Es increíble lo que el corazón puede hacer por mentirse a si mismo, y lo que los instintos primarios, si no es que bestiales, te pueden arrastrar a por una pasión… perdiéndolo todo.
Antes de el, solo era una chica con una gran presencia… pero… después de él
¿Qué fui?...
Saboreó sus labios que aun tenían la esencia de aquel fortuito pecado, así como la sensación de su cuerpo que le envolvía junto con aquellas sabanas de cautivador aroma, mismas que le permitían tocar el cielo; no había pasado ni más de deis minutos desde que lo sintió a su lado abrazando su cuerpo con aquella calidez que la volvía aun mas loca, impulsándola a seguir con aquel juego de atracción. Sabía que el abandonó el lecho, mas no para abandonarla a su suerte sólo por haber cumplido con su cometido ,sino se encontraba frente a ella recargado sensualmente sobre la puerta con sus brazos cruzados sobré su bien definido pecho, observando la con detalle,- aquella mirada traviesa que lo querían saber todo y a la vez no descifrar nada- la chica solo sonrió socarronamente al sentirse afortunada, de que en aquellos momentos el fuera sólo de ella y pese que no era amor algo de comicidad los unía.
-¿Que esta maquilando ahora Maquiavelo?-preguntó aun sin salir de su paraíso personal, esperando escuchar su musical voz.
-Sabanas…
Fue todo lo que dijo, causando gracia en su compañera quien levanto ligeramente el pecho para encarar su delineado rostro, de facciones marcadas y atractivas. Sabía que no tardaría en encaminarse a ella, para envolverse nuevamente en sus brazos.
-Tengo frió-fue todo lo que dijo ahora la joven, antes de besar aquellos delineados labios que suavemente fueron dando paso a un beso más profundo el cual le robó un suspiro, justo cuando le miro a los ojos, para llenar nuevamente sus pulmones de aire y posando sus brazos tras su nuca para jalarlo mas hacía si, quedando prácticamente uno encima del otro.
-Aun no me quiero ir-musito ella entre besos, a lo que el sólo rió y besó su frente.
-Tenemos que ir a la universidad, además sabes bien que hoy llega Emy
-Es verdad, también llega Curtis-expresó con desgane dejando caer su cabeza en la almohada al recordar a su prometido, sintiendo como nuevamente el la envolvía entre sus fuertes brazos besando su oreja al tiempo que susurraba:
-Tal vez pueda quitarte un poco el frió, antes de irnos.
Dejo la típica nota en letra alzada sobre la mesa mientras el tomaba una ducha, ya que ella tendía a salir primero de aquel hogareño departamento en donde vivía el chico para disuadir expectativas en alguna vecina amante del cotilleo, adelantando su camino mientras robaba una tostada con mermelada y acomodaba su tejana, mientras que con la otra mano alisaba su corta melena castaña satisfecha por iniciar de aquella forma su día. Encendió el motor de su automóvil, al tiempo que el estéreo se encendía tocando el track tan pegajoso que últimamente no dejaba de sonar en su mente, como si aquella letra fuera destinada como anillo al dedo para aquella chica, quien solo sonrió al escuchar cada palabra de la canción. No tardaría mas de diez minutos en llegar a su facultad y empezar su tedioso día esperando por que la tarde llegara para recibir a su normalidad, sintiéndose mas atraída por alguna nueva forma para jugar a no ser descubiertos. Era su preciosa condena, un letargo tan dulce que el verdadero cielo realmente no podría tener comparación con lo que podrían hacerse sentir en cada encuentro; la forma en que el la tomaba con tanto cuidado y gentileza le hacían olvidar el momento y centrarse sólo en ese par de ojos desiguales, los cuales no le abandonaban en un solo momento como si realmente se amaran. Sonrió realmente complacida, al tiempo que deslizaba sus dedos por el volante para dar la vuelta en una avenida.
No se que siento por el, pero estoy completamente perdida por esto que tenemos, no importa que tan arriesgado sea por ambos lados, el solo sentir la adrenalina por vernos en nuestros propios sitios... sin duda somos despreciables Zack.
Pero de verdad todo era tan fácil como ellos se lo jugaban, pensándose que se encontraban en su burbuja particular. Más no sabían que la tempestad que estaba por desatarse no solo terminaría con este juego de infidelidad sino también seria una racha de infelicidad, como si el karma le cobrara cada encuentro con creces.
No podre esperar tanto tiempo sin ti, veámonos pronto, mismo lugar de siempre no importa la hora sabremos zafarnos, aun seguimos siendo discretos, siempre y cuando continuamos con estos mensajes entrecortados. Por cierto robe una tostada antes de irme, aunque hubiese preferido comer algo más...
Atentamente.:M..
La joven de melena castaña, salió de clase bostezando y sin mucho deseo de seguir a la siguiente asignatura, sabía que iba retrasada en algunos deberes y que no podía darse el lujo y menos ahora que estaba por graduarse en un semestre, pero un día mas no afectaría demasiado o ¿sí?. Sonrió ante esa posibilidad, todo lo que significara estar fuera de un aula sin escuchar a un catedrático para ella era gloria, así que se siguió de largo saboreando aquella paleta lollipop, ignorando la insistente melodía de su móvil que sin duda pedía atención una que marcaría el inicio de su “castigo”. Se detuvo en la puerta de la cafetería justo en la misma línea que el chico de melena azabache con aquellos extraños ojos desiguales, los cuales cruzaron burlonamente con los de ella, mientras que le ignoraba contestando el celular sin siquiera notar el numero.
-Hallo..
-¿Scarlett? -preguntó una delicada voz del otro lado de la bocina, extrañando a la chica quien pidió una botella de agua, aun sin reconocer la voz.
- Aja, ¿quien pregunta?- sonriendo abiertamente al despachador justo al pagar, mismo que solo asintió ciertamente sonrojado, mientras la joven aun seguía envuelta en su mundo.
- Habla Emy-se detuvo de golpe justo en el medio de la cafetería con los ojos en blanco, sin notar que el moreno le miraba curioso ante aquella reacción, con un rostro no muy legible del todo pero paciente ante el rostro de Scarlett- Emily Jones prometida de Zack Blackwood, ¿podemos hablar?-.El corazón se le detuvo, pero si llegó hasta ese punto ¿seria capaz de continuar?...
-Disculpa con Zack te refieres al muchacho alto de pelo desordenado negro-fingió la chica de botas largas y falda tableada que conjugaba muy bien en su bien contorneada figura, tratando de ocultar su sorpresa.
-Em, este-la escucho dudosa, pero al mismo tiempo ella lo sabía, había descubierto su engaño, pero tenía que jugar con lo que podía de cualquier forma, dejarse descubrirse por eso no era una opción-si el es Zack, ¿estudia contigo, no?
-No en realidad no, el compartía una clase conmigo hace dos semestres-volvió a mentir naturalmente, sin titubear, ni permitir que la voz le temblara, así como reanudaba su paso con tranquilidad tratando de no inmutar a su amante en turno.
-De verdad- expreso casi sin voz dejando un incomodo silencio en la línea, como si se sintiera una tonta o perdida ante aquellas preguntas-Este yo,..
¿Estas bien?-preguntó intentando aun engañar más a la chica, fingiendo consternación o pena por una afligida que necesitaba ayuda, mas la razón era ella misma como enfermedad o cáncer tan abrazador que ya estaba terminal, sabía que debía estar destrozada, sí sus sospechas eran ciertas-No te escuchas muy bien.
Aquello era verdad, la voz de la mujer tras la bocina sonaba tan afectada como si hubiese estado llorando durante horas, pero al hablar de tiempo, era algo que no concordaba del todo ya que tan solo habían pasado cuatro horas desde que cada uno tomó su rumbo. La joven afectada sólo empezó el sollozo, sin importarle que con quien estuviese hablando se tratara de la persona que más daño le hacía y ahora fingía demencia.
Eres una zorra Minarack,
.-Pensó la chica de tez avellanada, aventando su bolso nuevamente al auto para enfrentar a su destino, mordiendo su labio inferior imaginando el estado de la chica y esto que estaba causando por un capricho.
-No, la verdad no y aun no se a quien puedo acudir-afirmó realmente desesperada, como si se sujetara del teléfono como única salvación a algo que nunca se había imaginado. Pero la castaña no podía perder todo por que el sentimiento a estas alturas le ganara y la hiciera confesar su juego lo cual la perjudicaría en mas de un sentido, mas vale que alguien tire la piedra, a que quebré el vidrio y solo ser implicada en la planificación, pero nunca se comprobara ese hecho.
-Te puedo ayudar en algo, ciertamente no te conozco pero no te oyes nada bien… si quieres podemos encontrar en algún lugar y resolvamos esto juntas.
Maldita cínica, eres de lo peor.
Ambas chicas quedaron de verse en un café cercano a la casa de él, cosa que no le gustaba a Scarlett en lo absoluto, era como ponerla aun aprueba pero tenía que continuar con aquel plan de madre teresa, si quería salir de la lista de probables zorras aunque fuera la correcta en todo momento.
Sin duda no le gustaba, pero como dicen: si no puedes con el enemigo únete le. Eso era lo que pensaba hacer indebidamente la chica de ascendencia checoslovaca, justo al aparcar su carro junto al café mencionado, donde una joven de cabellera rizada rubia le esperaba con los ojos hinchados y la nariz roja producto de tanto llorar, detalle que estrujó el corazón de Scarlett quien tragó duro, al acercarse a ella.
- Emily..
-Scarlett-sonrió con pena bajando la mirada, sin esperar la sonrisa de la recién llegada con doble intención,-reconfortarla y firmar su propia sentencia- a lo que ella solo asintió y le dio el paso al lugar donde ambas pidieron un café capuchino sin ningún aditamento especial, alegando la castaña de doble cara que no había nada mejor que la calidez de un espumoso café, comentario el cual hizo sonreír a Emily, quien volvió a bajar la mirada, estrechando la taza con ambas manos, mismas que no podían dejar de temblar ante el tumulto de sensaciones. Sin poderse contener, derramando nuevamente lagrimas aun ciclada en la idea de hacerla confesar, ya que de todas las personas que conocía de parte de Zack ella cumplía con las características de un affaire con cualquier chico.
-¿Eres tu la chica con la que Zack me esta engañando?-pregunto sin mirarla a los ojos, provocando la pena en la chica de ojos grises que no aparto la mirada de la chica, quien tímidamente le costo subirlos hasta Scarlett, misma que no podía marcha atrás pese a los sentimientos encontrados que sentía desde que tomó la llamada, era enfrentar una sentencia para salir librada con una extorsión mucho mayor.
-Debes estar bromeando,¿ no es así?-inquirió más en tono de afirmación que en pregunta, redundando aun mas, cosa que no supo responder la chica quien no dejaba de mirarla, como no se perturbaba en lo absoluto Scarlett,-la única relación que tengo con Blackwood, es la de un viejo compañero de clase que en una ocasión pidió mis apuntes y nos reunimos en mi departamento para sacar una exposición, no soy la clase de chica que se atrevería a dar le la cara a la novia del chico con quien tengo una aventura-sorbió con tranquilidad el café, notando como ella abría los labios para decir algo, mas no logro articular nada ya que sus ojos empezaron nuevamente a llenarse de lagrimas confundidas; sacando la arrugada hoja, misma que parecía haber sido leída una y otra vez
-No podre esperar tanto tiempo sin ti, veámonos pronto mismo lugar de siempre no importa la hora sabremos zafarnos de lo que sea, aun seguimos siendo discretos, siempre y cuando continuamos con estos mensajes entrecortados. Por cierto robe una tostada antes de irme, aunque hubiese preferido comer algo mas...Atentamente.: M..-musito casi en susurro como si le costara pronunciar línea por línea, clavando cada vez mas la estaca en su corazón.-lo peor del caso es que esta carta no es mía y...
Mas los ojos de Scarlett no cambiaron en ningún momento para delatarle o consentirle. Pero si elevo su mano derecha y le mostró el dedo índice de la mano izquierda.
-Sabes el significado de que un anillo con piedra, sea portado en este dedo-la chica sólo asintió mordiendo su labio inferior al mirar como la castaña también afirmaba con ademan y sin mucha expresión,-exacto, estoy comprometida, a estas alturas del partido no puedo hacer algo que arruine mi futuro matrimonio, además Zack no es de mi tipo-se levanto de la mesa irritada ante aquella acusación.- Incluso, yo me llamo Scarlett y la inicial que aparece en la nota es una M, no hay forma de que sea yo, lo siento mucho-finalizo dejando un billete que era el monto que le correspondía de su café, como dando entender que no quería deber le nada a la tímida y patética chica que quería saber la verdad, notando como la chica también se levantaba con la intención de disculparse. Mas Minarak no se detuvo hasta que llegó a su auto donde se aferró fuertemente de la puerta sintiendo como sus piernas se iban quedando sin fuerzas y su vista empezaba a nublarse.
La viste, y aun así seguiste con esa farsa en la que tu quedaste como la victima de una novia desesperada por un novio rabo verde, que por su falta de actitud le engañaba con cualquier chica con minifalda y buenas piernas.-Observó el brillo de aquel diamante en su dedo anular, tratando de recordar su significado original, preguntándose si en realidad amaba a Curtís o que era lo que significaba aquella joya, que había pasado por su cabeza en el momento en que la recibió, que tenia Zack que le hacía dejar su moral o su sentido común por mandar a volar todos sus planes al futuro, sólo por la pasión. Mas el mismo celular le contesto con otro numero desconocido, detalle que la hizo enfadarse.
-Ahora de quien se trata, si eres Emily no tengo la mínima idea de quien es el affaire de tu noviecit...
-Scarlett, soy yo-el rostro de la joven castaña se endureció y el aire salió despacio por sus labios-tenemos que vernos lo antes posible en un lugar neutral..
-Zack, Adiós-expresó con decisión, al tiempo que colgaba frustrada el celular sintiendo un vació en el pecho que era diferente a cualquier sensación que hubiese tenido antes, sólo quería ver a Curtís, era lo único que ahora deseaba con todas sus fuerzas; lanzo el celular al asiento trasero como si lanzar cosas contra su auto fuera una solución, mas la decisión de no volver a contestarlo hasta haber visto a su novio era una necesidad obsesiva.
Minutos después la verdadera condena empezaría a tomar forma. Le miró parado frente a su departamento, bajando aquellas pesadas valijas que cada que se encontraban aumentaban, como si discretamente se fuera mudando con ella, mientras que la simple idea ahora le espanto mas trató de no pensar en ello, por lo que sólo caminó en su dirección por necesidad de confirmar su verdad; posando sus labios sobre los de el, sintiendo el escozor de ser de lo peor al jugar así con su prometido, quien no dijo nada y le siguió hasta el espacioso departamento de la castaña, quien aventó nuevamente su celular al sofá de cuero negro, lugar donde la había pasado tantas veces en los brazos de el moreno.
-¿Qué tal las cosas?-pregunto buscando novedades en el departamento, pero ella le miró con el rabillo del ojo y negó, como si se hiciera la misteriosa.
-Tus eres mi única novedad Darling, me sentí bastante sola sin ti.
Mentirosa...
-Yo también te extrañe bastante pero sabes como es esto, tenemos que dar la cara por la empresa, y no creo que quieras que tu novio pierda su importante puesto, apenas que se acaba de posesionar-expresó con petulancia, misma que molestó a la chica aun estudiante al hacer una comparación inconsciente de lo que eran ambos.
-Entonces pasemos tiempo de calidad juntos.
El chico solo sonrió con satisfacción acercándose nuevamente a ella, que estaba cómodamente sentada encima de la barra que separaba el comedor de la cocina con moderna decoración que encantaba a la castaña vanguardista; Acarició su pantorrilla con suavidad él chico de ojos miel respondiendo a la sugerencia de la castaña, quien se inclinó nuevamente a la altura de sus labios para rozar los tentativamente como si quisiera sólo provocarle,-en realidad quería descubrir el significado de sus sentimientos de cualquier forma.
-Debes estar hambriento-negó la chica de cara afilada, desasiendo el momento con un giro hacía adentro de la cocina, frustrando a su actual novio quien negó internamente ante el creciente rechazó de la chica que tenía una y mil cosas en la cabeza, justo en ese momento como para continuar con impulsos.
Piensa con mayor claridad, sácalo de tu cabeza..!Ya!..
Pero tentar al diablo sin salir condenado, nunca era una inversión inteligente cuando tratabas de sonsacar le y después ignórale una vez que ya le has hablado, simplemente no descansara hasta tener su alma. Scarlett abrió el refrigerado, buscando los utensilios para verdaderamente empezar a cocinarle, mismo verbo que ella podría utilizar para maquilar su procedimiento para seguir de ahora en delante.
-Curt, ¿Quieres algo en especial? – inquirió dulcemente la chica de ojos de niebla acercándose al joven que esperaba paciente en el antecomedor de la cocina, con una sonrisa bastante particular que sólo podría significar problemas, aunque también soluciones instantáneas que como el placebo podrían hacerte olvidar, pero no sanarte-Ando de particular gusto por el arte culinario…
Volteó con suavidad en dirección del canasto de verduras con la posibilidad de cocinar algo saludable si fuera el caso, aun que en realidad evadiendo la mirada de su prometido al temer que viera las marcas o el olor en su piel, esas que sólo le ataban a él pecado. No sentía ansiedad al querer enfrentar la realidad de no verle, más bien era el deseo de saciar el más profundo anhelo de Curtis, acabando con aquella farsa de devota castidad que siempre tajaban sus pasiones; sujetó la muñeca de Scarlett, de una forma tan inesperada que no le dio tiempo a la joven de reaccionar correctamente, le había halado a su regazo con pretensión clara.
-Tengo otra clase de hambre-inquirió con una voz grave a su oído, provocando ansiedad en el cuerpo de la castaña, quien por reflejo se tenso de inmediato.
¡Esto es lo que querías, ¿no Scar?! Inquirí a mis adentros intentando convencerme de que era lo mejor, pero como saber si lo mejor para unos era en realidad también conveniente para otros; Entorne mis ojos en un punto vacio, cuando sus dedos tocaron mi rostro con la intención de atraer mi faz hacia la de él, buscando mis labios, quienes fueron atrapados fieramente en el mismísimo fuego, uno tan abrasivo que su simple posesión no me permitían escapar de ninguna manera. Sus manos eran brazas que empezaron a drenar mi ser de un momento a otro, con una avidez que me dejaron desarmada nuevamente.
La forma en que el avanzaba sobre mi cuerpo, me causaba vértigo y a la vez me asustaba. Era tan bestial, carente de cuidado, pero no contaba con la fuerza para detenerlo justo ahora, o tal vez en el fondo me encontraba conforme con lo que pasaba, ya que no me desagradaba del todo, era completamente diferente a lo que había sentido con Zack; en ocasiones sus labios que acariciaban mi cuerpo me castigaban, como si inconscientemente estuviera enterado de la gran afrenta que cometí al enredarme en sus narices con otro hombre que no era él. Exhale al sentir el tumulto de sensaciones, que derivaban imprecisamente del placer, pasión, excitación a un estimulo que sobresalía de entre la ensoñación del momento con Curtis que sin duda le ligaba; la culpa, que intentaba justificar con el amor…¿amor?, mismo que no podía alejar de incesante ansiedad, que con cada paso que avanzaba al tomarme una parte mas de mi cuerpo temía; Sus labios los cuales me envolvieron, ahora me asfixiaban lentamente sin que me diera cuenta de que el veneno que desprendía poco a poco me iba matando, dejándome invalida sin que pudiera moverme a libertad ya que el controlaba cada fibra de mi ser, dejándome en claro que era de su pertenencia, su posesiva lujuria y demándate atención que ceñía al recorrer mi cuerpo, tanto como si su exploración le deleitara únicamente a el, sin permitir participar en aquel juego de caricias que tenían un grado mayor de atención en el acto en concreto, se trataba solo de él quien acaparaba todo movimiento de “nuestro” momento.
Pero no me podía quejar, no en este momento y hasta donde había llegado, no obstante mi corazón no podía dejar de llorar, llenándome de una sensación vacía en la que inevitablemente hicieron que mis ojos se abnegaran en lagrimas justo en el momento en que lo sentí entrar sellando el contrato de nueva propiedad, que en su barbárica mentalidad aquello significaba el mejor regocijo al desflorar por primera vez a quien seria su mujer por siempre, como culmen de que nunca tendría la marca de alguien mas en mi piel. Sin embargo me embargo la miserable necesidad de reírme de aquel posicionamiento brusco que tuvo en contra mía. Ahogue la risa con una exclamación que mi ser oportunamente se permitieron, mientras que mi pecaminosa mente no dejaba de pensar en la idea mal intencionada de que el moreno de ojos desiguales fue mi primero, no cabía duda que no quería cambiar; atrape sus labios por fin, después de mucho pude tomar el control intentando seguir con mi propia farsa, evitando cualquier reacción innecesaria. Mas sabia que todo termino esa tarde, mi aventura y tonta pasión fortuita solo quedaban como un hasta hoy manchando mis sabanas, con el pesar de Emily y Curtis que daban como sabían sin recibir la honestidad de quienes les apoyarían supuestamente toda la vida, aquellos con los que estaban dispuestos a dar el si, al hasta que la muerte los separe.
Lo mira desplomarse a mi lado, sin siquiera regalarme una mirada, solo manteniendo su sonrisa petulante que en aquel momento me enervaron casi de una forma insana, sin embargo ese era mi castigo por preferir la pasión a la realidad.
